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Tradición

Esto de las tradiciones cada vez me enferma un poco más. Al parecer, con los días disminuye mi inmunidad, de resistir todo lo  que alimenta mi incredulidad. En estas fiestas, no siento que hay nada especial que celebrar.  Probablemente soy una simple amargada, que no se contagia de festividades ajenas, que no le interesa la agenda impuesta, ni cree que desde mañana, todo será de otro color.

Borrador I

No sé como materializar todo lo que me haces sentir. Calculo, escribo, deshago y reinvento versos sobre ti. Quisiera empezar con un: ¨Me vuelves loca¨, al rato cambio  de opinión  y me parece mejor un ¨me has devuelto la lucidez¨. Me enfrento a las líricas, me cuesta ser sincera, me descompongo.  No encuentro la manera de  conjugar los verbos, de ubicar las comas y las tildes, de explayar lo que mi corazón grita. Claro, cuando hablo contigo conozco la ciencia para enamorarte: dos tazas de azúcar, una cucharada de canela, polvo de estrellas y medio kilo de sensatez.    Perdóname por no saber escribirte, por perder la gracia de ser poeta, por solo atreverme en vivo. Perdóname, repito. Pero, te juro, por todos mis mal amores y poemas ya escritos, eres lo más hermoso que he vivido.

Ilusa

Pues también me declaro ilusa, bastante en verdad. Esperando  que salves esto, como si dependiera de ti, o como si tuvieras el valor de hacer algo por mí. ¿Qué podía esperar si tu superpoder es evadir? Y aunque no me arrepiento de haber apostado a ti, ya no me quedan fuerzas para seguir viendo como te echas a morir.

Píldoras

Todo lo bueno se ha ido acabando: Los meses color rosa,  el efecto del café, el amanecer sin ojeras, que esto te importe aunque sea un poco y lo pongas en agenda. Extraño las respuestas rápidas, los domingos familiares, la citas no apresuradas que renuevan su contrato al otro día. Mis píldoras azules... ¡Oh por Dios! No sé que haré sin ellas.

Secreto

Mis poemas me delatan y por eso dejé de escribir. En verdad no me avergüenza preferir ser honesto y ocultar mis emociones. Aunque mis rimas estaban en silencio, mi musa decidió tomar la forma de una prosa interminable. Me acostumbré rápido a pensar en ti y que fuera secreto. Esta dosis tuya que me lleva a encontrar las razones para no morir, pero sobre todo, el  ingrediente que convierte todas las sonrisas en perfectas.

Hipotermia

Te escucho dormir, mientras dentro en mi pecho, lágrimas congeladas enfrían mi afecto. Ruego a cronos me libere del granizo subversivo que condenó mi juicio. Te escucho dormir, sufro  hipotermia de emociones. Te miro con remordimiento. ¿Cuando despiertes, estarán en el sueño eterno?

Zugzwang

En mis intentos por mantener el juicio, enloquezco y te apunto con mi lengua, con el gatillo de mis ideas cromadas y mi lógica descabellada  de querer dejarte ir. Ni alfiles ni ninguna reina, protegen al rey que domina mi cabeza. Escurro las lágrimas de mi orgullo calcinado, vuelvo a ti con la esperanza herida, queriendo recuperar el corazón que ya no es mío, que dejé en tus manos.

Inexistir

No sé cuál es más fuerte, si mi miedo a perderte o al porvenir. Sin embargo, mi mayor temor es perderme a mí. Y es que a veces no me encuentro y mi anhelo es inexistir.  Quisiera al menos por decencia, decirte "tranquila". Pero, no... No te sorprendas si pronto llega el fin.  

Tinaja

Imagen
Me gustaría que no te fueras, que tus manos  formen una  tinaja y contengan mis lágrimas: De amor, de odio, de alegría, desaliento y frustración. ¡Cuanto te amo! mi alma grita abatida, mis lengua calla, mi piel te extraña. Te tengo en mis brazos, cierro los ojos, despierto al instante y al girarme ya no estás. Me dejas con las palabras en la garganta, las ganas quebradas, desorientada en mi dolor. Fotografía: Heidy Mercado

Sin ti

Espero que estas ganas de saber de ti no sean alguna señal de síndrome de Estocolmo. Que esta simpatía al recordarte, sea simplemente tolerancia y no añoranza. Y estos sentimientos encontrados, tibios, inconsistentes, se vuelvan polvo. Quiero vomitar todo lo que me queda de ti, limpiar los restos, brindar a mi  salud. Descongestionar mi corazón, soplar las migajas de mis ojos y ver por fin un mundo sin ti.

Creía

Tartamudeando sobre banalidades le pedí a Hermes sabiduría. Me desenredó la  lengua, me devolvió mis seguridades, pero sobre todo, me mentía, me engañó constantemente y yo ingenua le creía. Dos, tres y siete versos eran suficiente para quedar inmóvil ante su mundo alegórico, atada a sus fantasías.

Shots

No te escondas y acompáñame a beber estos shots de realidad. Deja de confundir mi sobriedad con apatía, mi hastío con rebeldía. ¡Vamos! otra ronda más, por favor. Despierta de ese surrealismo de rosas y algodón, besos y champán. Jugamos sobre las sábanas, ya basta de ignorar al  fantasma debajo de la cama.

Perfecto

Hoy es un día perfecto. De esos donde la oscuridad te nubla la razón y el ocio te atrapa  entre varillas de miedos. De repente empieza a doler todo aquello que creí desconocer u olvidar. Hoy es un día perfecto porque siento frío, en la sangre, en mi órgano palpitante. Perfectamente pudiera escurrir las lágrimas de mis penas, verlas caer en una taza blanca, calentarlas en el microondas y tomar ese té, salado, lleno de dolor y rabia. ¡Qué día tan perfecto! Ideal para este adiós forzado. Para destrozar lo poco que queda, decir: ¨Hasta nunca, he acabado¨

Cálculo I

Quinientas veintisiete disculpas, de las cuales trescientas ochenta y cinco han sido innecesarias. Mil doscientos ¨Te amo¨ , diez llenos de rabia, treinta con tristeza, el resto con la mayor satisfacción. Siete visitas, sin comentarios. Ciento y un día, nueve horas y dieciocho minutos... Perdí la cuenta,  empecemos de nuevo.

Alienación

Estoy sediento y siento que lo único que podría salvarme es una gota de ti. No estás, como la mayoría de veces en las que te vuelves mi antídoto y termino muriendo, o más bien, adaptándome a este coma emocional que paraliza mis sentimientos. Deberías hacer silencio, me molestas tanto y ni siquiera existes. Hace días que me volví loco, para nadie es secreto. Soy un frenético que solo habla contigo, aunque no te encuentro.  Desmoralizado por mis propias ganas de seguir buscándote, prisionero del temor. ¿Amor?  ¿Qué es eso?

Musa

Recuerdo esos días en los que mis líneas eran privadas, inmerecidas o tal vez no eran de nadie. Debía derramar sangre para poder llegar a un verso, indagar en la herida para terminar el párrafo, hollar mis cicatrices, privarme de anestesia, fecundar nuevos dolores; solo así nacía el poema. Ahora la poesía viene a mí sin buscar en ningún sitio. Tiene nombre y apellido. Surge cuando pienso en ti, cuando te miro a los ojos o contemplo tus fotografías. Leo tus palabras, me curas y vivo en una rima inconclusa. Cuando me acaricias o simplemente me escuchas. Cuando  sin decir nada ya hemos pactado todo. Nace el verso y la prosa cuando sin querer, derramamos lágrimas, cuando nos carcome la impotencia, pero nos alivia el amor.

Defunción

Esta ausencia deprimente se bebe mi sangre y descuartiza mis deseos. Se me va el aliento escribiendo odas tristes y trovas sin azúcar. Dejo de sentir los latidos, dejo de sentir cualquier cosa, dejo de existir. Solo está el hueco que demuestra que algún otro día, más que dolores hubo sonrisas. Este cajón  abiótico que no debería llamarse cuerpo, guarda memorias de caricias y verdades. Este órgano que ya no respira, solo supo amar, hasta su último segundo de vida.

Frustraciones

Convierto mis frustraciones en jarabe y te las doy a beber. Quisiera crear otra manera de retractarme y no esconder mi vergüenza en palabras clasistas. Ay amor, ya te he dicho cientos de veces que no es tu culpa. Me encontraste averiada, buscando ordenarme, ya quisiera salvarte de mis sabotajes. Te pediría que me acompañes en este viaje extenso, lleno de  estaciones y con pocos descansos. ¿Quién soy para cargarte con estos porqués sin respuestas? Llora conmigo hasta que se nos sequen las dudas y se apaguen los dilemas.

Verde

De repente los delfines vuelan y los árboles cantan,  la brisa delicada empieza a asfixiarme y la carta de amor parece un epitafio.  Tus intenciones pirómanas queman mis ilusiones.  Caen mentiras del cielo, como una lluvia en clave morse.

Desazón

Habría deseado escribir letras vivas, de amor y demás parientes. La noche fría se encarga de maldecir mis intentos de ternura. El opio de pensarte me resulta una cruel tortura. La lluvia me hiela  los sentimientos e inyecta  desazón a mis pensamientos.

Ella

Ella se toma el tiempo de visitar... A veces sus encuentros son extendidos o  se esfuma al instante. Tiene la costumbre de esconderse detrás de rostros con malas intenciones y confesiones desatinadas que te entrega la desdicha. Odio cuando es hija de un error. Sus caras varían... Hay días que se vuelve comprensiva y necesaria, otros te amenaza de muerte y te clava sus colmillos en la garganta. Te abraza, te cobija, sabe escuchar y seca tus lágrimas. Lloras porque ella está a tu lado, deseas que se vaya. Sus brazos cálidos se vuelven un placebo adictivo. Ella nunca dice nada.

Almíbar

Rozo con mis dedos el arpa de sus emociones saboreo el almíbar de sus confesiones. Pura melodía, infrecuente, no habrán repeticiones. Mi mente afligida reposa en carcajadas ajenas, risas que logran armonizar con mi alma fragmentada. Recomponen en mí, el blues de mis sentidos románticos. Lágrimas, lineas húmedas cargadas de amor y miedos. ¿Sorpresa, miedos o agradecimientos? Gotas llenas de dulzura y pasiones desprevenidas.

Dualidades

Que por ti me atrevería, que eres ideal, magnífica. Le tengo miedo a los kilómetros, a caminar a cuestas, prefiero evitar. Sé que sin decirlo ya le dije que quiero, los ojos me delatan. Lo siento, no podré manejarlo, aparte no sé si quiero amar. Sí, no, jamás, siempre, quizás. De pronto solo pienso en su sonrisa. Odio sentirme enamorada, amo sentirme enamorada. Al diablo mis dualidades:  ¨Si fuera¨ ¨No sé si debería¨ ¨Me encanta, pero...¨ Cuando estás a mi lado o al frente, se me olvidan. Incluso, a veces  solo me basta recordar la cara de idiota que puse al verte.