Frustraciones

Convierto mis frustraciones en jarabe y te las doy a beber.
Quisiera crear otra manera de retractarme y no esconder mi vergüenza en palabras clasistas.
Ay amor, ya te he dicho cientos de veces que no es tu culpa.
Me encontraste averiada, buscando ordenarme, ya quisiera salvarte de mis sabotajes.

Te pediría que me acompañes en este viaje extenso, lleno de  estaciones y con pocos descansos.
¿Quién soy para cargarte con estos porqués sin respuestas?
Llora conmigo hasta que se nos sequen las dudas y se apaguen los dilemas.

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