Canela, chocolate y miel.

No he dejado de escribir ni un solo día desde que me encontré a mi misma.
La diferencia es que me lo he guardado, he discutido conmigo y con mi taza de café.
Reír y soñar, tocar y sentir.  Me siento completa,  extrañaba eso. Puedo palpar cada uno de mis sueños, ya empiezan a realizarse.  Lo que más me emociona es que esto apenas es el inicio. Se siente rico estar en paz consigo mismo, disfrutar el presente, recordar con alegría el pasado y aprender de él.

Las mil lágrimas que he llorado hacen que esta sonrisa indeleble sea invaluable.
La vida me sabe a canela, chocolate y miel. ¿Qué más puedo yo pedir? Siento que lo tengo todo, y lo que no está, viene de camino. Que bien se siente vivir sin miedo a uno mismo, poder ser y expresarse.
Saber que en la vida lo has dado todo,  a pesar de los errores cometidos. Cuando se vive intensamente, todo vale la pena.

Ayer estaba en el suelo y aunque me arrastré más de la cuenta, todo vale ahora.
Y doy gracias por aquello vivido, por el desgaste emocional, por las peleas perdidas.
Lo divertido de todo es que mientras se respire, la guerra continua y  esa batalla con uno mismo se vence con el amor. Amor propio, amor al prójimo, amor a lo nuevo y a lo desconocido.

No hay secretos, a diario se repite lo mismo: vive, expresa, siente, arriésgate.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Mascarilla

Shakespeare

Te echo de menos...