Autocensura
Las ganas de hablarte se convirtieron en insomnio He perdido el juicio, mi corazón hermético no me da el permiso. Y aunque no pueda decírtelo, estoy mal por ti, por nosotros, por el ayer. Puedo entenderlo todo y no creer nada. Ya de por sí me he entregado por completo y poco he recibido. ¿Cobardía u orgullo? Mientras más preguntas logre responder, aumentan las dudas y... Y punto, nada más.